martes, 14 de agosto de 2012

Allí te quedarás.

Pequeño jilguero amarillo, visitas mi ventana.
Pequeño jilguero amarillo, allí te quedarás.
Como haces para cantar, cualquier cosa?
Pequeño jilguero amarillo... Amapola y avena.
Pequeño jilguero amarillo, pico de piedra
Si no puedo volar, enséñame a cantar.

jueves, 17 de mayo de 2012

Mojado


Piensa para sus adentros: “Sé que tiene frío, que sufre, que le pegan.” Así, sigue dibujando cada línea, cada pelo, la suciedad impregnada en la piel y en sus bigotes, una de sus orejas puntiagudas lastimada. Ahora tiene que cambiar el lápiz por otro con más carbón, y así poder resaltar más los oscuros. Los oscuros de sus ojos, la tristeza que esconden y esa llamada de auxilio. Una vez más, el dibujante se detiene y piensa: “Quiere estar escondido, no puede arriesgarse y mostrarse” Así, comienza a dibujar una vieja rueda de auto, tapándole una parte, ocultándolo. “Tiene hambre” Y así acentúa las marcas de las costillas del felino. Reclinándose levemente hacia atrás, moviendo la hoja para evitar el brillo del grafito, observa su obra. No, así no es su gato. Furiosamente busca entre sus cosas una goma de borrar. No logra encontrarla ni en la primera cartuchera, ni en la segunda. Frustrado, toma el lápiz y tapa sobre lo dibujado aquellas imperfecciones poco propias de él. Su gato no tenía rayas, era un gato gris.
            Por un segundo, le pareció que su mano no se movía como él quería, como si la luz estuviera engañándole la vista, y sus movimientos pareciesen más acolchonados. Se detuvo. Notó que al fijarse en su mano, su trazo había engordado. Decidido entonces, se levantó de su silla de escritorio y se dirigió hacia su perchero. En él colgaba un viejo bolso de cuero, y dentro, un lápiz, un cuaderno, y una goma de borrar. La tomó, borró aquella desprolija línea, y continuó con su labor. Sabía que el gato se encontraba sobre una calle de piedra, debajo de un auto, mojado, con frío, le habían pegado. Tenía hambre, miedo. Pudo identificar cada uno de esas características expresadas en la pobre silueta del gato, sus ojos. Frunciendo el entrecejo, intentando ver mejor en la luz del escritorio, no lograba, sin embargo, distinguir a su felino. No, es que no lo era. Se encontraba exactamente igual, allí sentado. Tenía su oreja lastimada, su pelo y sus bigotes mugrientos. El dibujante era capaz de distinguir su trazo, pero el gato no era el suyo. Tomó entonces otra hoja, para comenzar a dibujar a su gato nuevamente. Ya había oscurecido, por lo que tuvo que ponerse un par de sucios y viejos anteojos. El dibujante comenzó esta vez por la rueda, primero suave, luego acentuando las marcas de la goma, y más tarde, rellenándola de negro. Siguió por el suelo de piedra, y aquí se complicaba. Un charco, un reflejo. Dejo entonces esto para el final. Piensa: “Sus patas, lastimadas por huir”. Dibuja sus uñas gastadas, rotas. Sin pensarlo, Continúa sus trazos más arriba, en la parte del codo del animal. Nuevamente siente que la luz está jugando en su contra. El siente que mueve el lápiz suavemente de arriba hacia abajo, pero el dibujo se muestra violento, la hoja está hundiéndose, cediendo ante la fuerza del lápiz.
Desesperado por haber arruinado ya su arte, el dibujante intenta detenerse, pararse y pensar, pero a la vez sus ganas por sentir la suave vibración de la mina contra el papel le resultan más fuertes. Mira su mano. Es suya, pero la imagen no coincide con su pensamiento, su mano no se mueve como es ordenada a hacerlo. El dibujante desconcertado, prueba moviendo sólo los dedos delanteros, trazando pequeñas circunferencias. Es como si su mano convulsionara, como si intentase dibujar pequeñas contracciones o palpitaciones. Suelta la goma de su mano izquierda y agarra su derecha. Definitivamente se seguía moviendo. Preso del miedo, comienza a hacer fuerzas para levantar su ajena mano del papel, levantarla sólo un poco. La hoja se curva hacia arriba, se vence ante el lápiz que la sujeta, en el aire. Y a su vez, su mano se mueve. Se mueve trazando en infinitas direcciones las mismas contracciones. Intenta soltar el lápiz, con la ayuda de su mano izquierda, pero siente pequeños filamentos elásticos que regresan sus dedos a él. Astillas. Astillas clavadas en su piel. El dolor estaba anestesiando su percepción de lo que hacía. Soltó su mano, la dejó caer con peso muerto sobre el escritorio. Se quedó inmóvil durante algunos segundos, pero reaccionó como un arácnido luego de una caída. Se elevó de un salto, sin despegar la mina de la hoja, y continuó convulsionando. Por debajo de sus lentes, podía ver el pelo creciendo desde el dibujo, creciendo en el lápiz, en su dedo. La mina se arqueaba, formando una puntiaguda garra. Ya no era capaz de distinguir el lápiz de su dedo índice. Parecía que formaran uno solo. Una sola garra, una uña. Podía sentir como esta le tiraba cuando rascaba la  hoja. Comenzó a sentir que su estómago se contraía, como también convulsionaba y gruñía. Tenía el pelo pegado al cuerpo, cubierto por una masa de mugre y agua, y su oreja le dolía.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Encierro

¿Qué más podía hacer? Nada, estaba atrapada en su propio cuerpo. Inmóvil hasta el más pequeño músculo, no podía ni respirar. Sólo mirar. Era como si ya estuviese muerta y solo le quedara la desesperación de poder ver y pensar, sin poder tocar un solo objeto o gritar la más mínima nota. En sus ojos se reflejaba toda la escena, y ella allí, sin poder hacer nada.
Pareciere que su mente se aprovechaba de la situación, dándole más y más vueltas al momento. El miedo que le invadía era terrible. Podía sentir el sudor cayéndole por la frente, la ropa pegándose cada vez más, mojada. Su desesperación aumentó aún más cuando sus ojos comenzaron a empañarse por mantenerlos abiertos, y no pudo distinguir ya nada en el pequeño salón.
Una luz, si. Una luz cuadrada amarilla, que le hacía recordar a un consultorio de odontología, se encendió. Ahora, se movía hasta apuntarle a la cara, y encandilarle. Como si ya no estuviese bastante cegada por la humedad en sus ojos. Sintió como la camilla vibró repentinamente, en una sacudida, y comenzó a reclinarse, hasta quedar completamente horizontal. Una aguja fría clavándose en su brazo, y el líquido helado viajando por sus venas. Quería gritar, quería salir corriendo. Al fin, el hielo llegó por su sangre hasta detener su corazón.

domingo, 16 de octubre de 2011

Si, no.


Se detuvo a mirar unas flores, y se dio cuenta los muchos contrastes que hay en el mundo. Conocía muy bien aquella sensación bipolar de la felicidad y la tristeza. Sabía también que sus palabras escondían un doble sentido. Solía encerrarse en su cuarto, tirarse boca arriba en la cama, e ir resbalando hasta quedar con la cabeza colgada, y así poder mirar los pájaros en el árbol de su ventana. He ahí el momento en el que reía, y luego lloraba, y más tarde reía. He ahí que sus lágrimas fueran dulces y saladas, y he ahí el porqué, el porqué su bipolaridad. Al igual que cualquier imán, estaba pegado al mundo y los sentimientos, y no podía dejar de pensar tanto en lo que sentía, y en lo que sentiría el otro. Reía por uno, lloraba por otro. Tanta fue su frustración, su desesperación y su descontrol, que se arrancó los ojos para dejar de ver llover. Así también, se quitó el pelo, para no sentir la brisa del viento. Además, se coció la boca para no volver a mentir, y por último, se cortó los dedos, para o volver a tocar una melodía agonizante.

martes, 27 de septiembre de 2011

Dos criaturas

Inmóviles criaturas de ojos blancos y pieles oscuras lo detenían. No podía moverse, preso del miedo. Estaba cautivo, encerrado por su propia mente, dentro de una caja sin paredes. La ausencia de claridad lo envolvía y ahogaba, imparable. Sentía como el aire viciado lo llevaba y traía en sus propios pensamientos. Sentía, ahora, una gota fría que resbalaba por su cara, luego de haber caído entre sus cejas. Luego otra, dos, tres, cinco... una inmensa lluvia sin sonido lo empapaba de pies a cabeza. Su frustración lo llevó a tirarse y arrastrarse por el suelo, tanteando y alejándose de las dos criaturas, buscando una pared, algo, en donde poder apollar su espalda y sentirse protegido. Allí estaba, una fría y rasposa pared de piedra. En ella encontró refugio, pero no solución. El cuarto a oscuras jugaba con su mente, y las dos criaturas, con su corazón.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Vias


Ya podía oír el ruido de las termitas, carcomiéndole el alma.
Fue así como decidió zarpar. Cerró entonces sus ojos, dejándose llevar únicamente por aquellas vías de viaje rápido. Conocía el sonido, sabía lo que ocurriría, sabía por sobre todo, a quien pertenecía ese perfume. Sabiendo su camino, dibujando lentamente un rostro, la imagen fue iluminándose. Pudo identificar sus ojos, únicos en el mundo, y su inconfundible voz. Supo entonces, que el sujetaba una flor. Sintió como unas manos invisibles recogían su cabello, y la colocaban en su oreja, sujetándolo. Lo miró fijo mientras sentía como las caricias de sus manos en sus hombros, bajaban por su espalda, y a medida que se aproximaban a su cintura, producían en ella un fuego frío. Sintió que sus brazos la rodeaban acercándola fuertemente a él. En ese momento, cuando sus bocas estaban próximas a rozarse, la vía se cortó. Aquella imagen desapareció sin dejar rastro, salvo por su inconfundible perfume, y una flor amarilla.
Las termitas no sólo se aprovecharon de la debilidad del alma de la niña, que ya no funcionaba de escudo al corazón, si no que también invadieron sus recuerdos. Hoy, la muchacha siente únicamente su perfume, y escucha la melodía de sus palabras, pero le es imposible recordar o sentir algo, pues ya han devorado su corazón. 

martes, 30 de agosto de 2011

Escucho.

Él cree que ella está muerta.
Y llora.
Vive de un recuerdo, de algo que no se debía perder.
Y grita, pensando que no lo va a escuchar, que ya no hay retorno.
Bajo la lluvia, cree que ella no lo recuerda, que no lo extraña.
Pero ella tiene miedo. Tiene miedo de volver a cometer el mismo error, y seguir lastimando en vano un corazón que ya rompió.
Simula no recordar nada, simula no quererle, pero la verdad es que no se puede olvidar un sentimiento, no se puede borrar un beso.
Él cree que no iba a haber respuesta, y ella sola, escribe esta nota, sabiendo que nunca va a leerla, pero esperando muy en el fondo, que lo sepa, antes que la tinta sea lavada por cada gota del cielo.

lunes, 25 de julio de 2011

Cielo.

Toda mi vida transcurre en un eterno silencio. Tal vez resulte difícil para ustedes imaginarlo, puesto que soy quién relata la historia, pero siempre he tenido ese gran problema de comunicación. Es por eso que escribo. Mis padres dicen que no siempre fui muda, pero en estos 15 años o desde que tengo memoria me las he ingeniado para transmitir lo que quiero mediante señas, lapiz y papel.


Estoy sentada a la derecha de un micro, viajando por el auitopista, recostada sobre el asiento reclinado y con mi cuaderno entre las manos. No puedo escribir nada, no hay inspiración, pero a la vez, el paisaje calmo que me rodea me insita a expresar algún sentimiento. A travéz del sucio vidrio de la ventana, y entre las cortinas rojas que dan un aspecto cálido al ambiente, veo un subir y bajar de cables de teléfono, el verde interminable del pasto, pocas y espaciadas casas, vacas y árboles, y cubriéndolo todo, el gigantesco cielo. Amo contemplar el lento desplazamiento de las nubes, la caída de las gotas, y el chocar de estas en mi ventana. Un ave salta de un desnudo árbol, y vuela para refugiarse bajo un techo. Realmente las envidio. Pueden cantar todo el día, sin limitaciones, llegar a tocar las nubes y zambullirse en el celeste. A diferencia de mí, que me encuentro atrapada, condenada a permanecer con los pies sobre la tierra y la realidad, cuando quiero en realidad, despegar, soñar. Estoy encerrada dentro de mi mente y el papel.

domingo, 15 de mayo de 2011

Con tus alas al sol...



Cierro los ojos... respiro profundo... 
Ahí está, listo, desaparecí. Es ese extraño aroma que me llevó, me trajo recuerdos, sueños, me trasladó a ese pequeño espacio en el tiempo, en mí tiempo, cuando te vi volar, cuando pedí un deseo. Te posaste ahí, a la perfección, con tus hermosas alas al sol, brillando color. Dejaste una marca en mi corazón, quería tenerte, atraparte. Pero no, no podía. Te esfumaste, saliste volando  y te me escapaste.

lunes, 9 de mayo de 2011

Todo lo que tengo, es lo que ya dí.


Quiero bailar, como las hojas, al ritmo inevitable del viento.
Quiero cantar, como los pájaros, alegrando el día.
Quiero llorar, como la lluvia, bañando el mundo.
Quiero reír, como las flores, alegres en primavera.
Quiero amar, como las mariposas, que no viven sin el sol.
Quiero recordar, como un libro, escrito hace años.
Quiero sentir, como el pasto, a quien acaricia el agua.
Quiero escapar, como la arena, que vuela de tus manos.
Quiero soñar, como los gatos, que aman la luna.
Quiero desear, como un río, llenar un mar.
Quiero vivir, como cualquiera, pero diferente.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Sí... -Kipling.



Si puedes conservar tu cabeza, cuando a tu alrededor
todos la pierden y te cubren de reproches;
Si puedes tener fe en ti mismo, cuando duden de ti
los demás hombres y ser igualmente indulgente para su duda;
Si puedes esperar, y no sentirte cansado con la espera;
Si puedes, siendo blanco de falsedades, no caer en la mentira,
Y si eres odiado, no devolver el odio; sin que te creas,
por eso, ni demasiado bueno, ni demasiado cuerdo;

Si puedes soñar sin que los sueños, imperiosamente te dominen;
Si puedes pensar, sin que los pensamientos sean tu objeto único;
Si puedes encararte con el triunfo y el desastre, y tratar
de la misma manera a esos dos impostores;
Si puedes aguantar que a la verdad por ti expuesta
la veas retorcida por los pícaros,
para convertirla en lazo de los tontos,
O contemplar que las cosas a que diste tu vida se han deshecho,
y agacharte y construirlas de nuevo,
aunque sea con gastados instrumentos!

Si eres capaz de juntar, en un solo haz, todos tus triunfos
y arriesgarlos, a cara o cruz, en una sola vuelta
Y si perdieras, empezar otra vez como cuando empezaste
Y nunca mas exhalar una palabra sobre la perdida sufrida!
Si puedes obligar a tu corazón, a tus fibras y a tus nervios,
a que te obedezcan aun después de haber desfallecido
Y que así se mantengan, hasta que en ti no haya otra cosa
que la voluntad gritando: “persistid, es la orden!!”

Si puedes hablar con multitudes y conservar tu virtud,
o alternar con reyes y no perder tus comunes rasgos;
Si nadie, ni enemigos, ni amantes amigos,
pueden causarte daño;
Si todos los hombres pueden contar contigo,
pero ninguno demasiado;
Si eres capaz de llenar el inexorable minuto,
con el valor de los sesenta segundos de la distancia final;

Tuya será la tierra y cuanto ella contenga
Y -lo que vale más- serás un hombre! hijo mío!

martes, 19 de abril de 2011

miércoles, 13 de abril de 2011

Fucataia...


Estoy cansada, quiero despegar mis pies del piso, salir a volar un rato entre dragones de colores. 
De chiquita, a los 2 o3 añitos, solía decir : "Ma! me voy a la Fucataia" y cuando me hacían describir el lugar, era amarillo y grande, negro y chiquito... Ya no recuerdo ese lugar al cual visitaba cuando estaba aburrida, triste o sola. Ahora, mi mundo cambió. Ya no existe "Fucataia". Ahora ya no juego con Teddy, ni pinto manchones mágicos que sólo a los ojos de las mentes traviesas se transformaban en dragones, unicornios y sirenas. Ahora sueño realidades y hace mucho que no vuelo. Estoy atrapada en otro mundo, uno que no viene equipado para consolarme cuando estoy aburrida, triste o sola.

sábado, 26 de marzo de 2011

Todos somos únicos.


Phirulais... que mejor nombre para un salchicha?? 
Hay algunas personitas que te sonrien torcido. O te miran con ojos juguetones. Si no, se rien con muchas risas. Si, porque uno se puede reir como un pajarito "jiijijiji" o como una explosión "puuuuuajajajaja". Tambien estan los que se rien aleatoriamente... "pujijiajajajejejejooooooooojojoooooo". Están los que caminan con grandes pasos, los que van dando saltitos, los que dan vueltas cada tanto. Los de pies chiquitos, pero piernas largas, que llegan a todas partes. Los de pies grandes y piernas cortas, que gustan comprarse zapatillas. Estan los enamoradizos de pelo lacio, y los lindos de rulos. Las rubias inteligentes y las morochas retardadas... Las altas con vértigo, las petizas con claustrofobia... Están los que escriben notas, y los que las leen. Los que sacan fotos, y los que las miran. También los que viven soñando, o los que sueñan la vida. Los que aman los monstruos, lo que les tienen miedo. Hay adultos que aman las caricaturas, pequeños que también. Nunca falta el que ama el helado y al que le gusta la lluvia. Las que juegan con pétalos de margaritas, las que huelen rosas. Los amantes de la música... los que tienen espantapájaros en el jardín. 
Una cosa es seguro... todos esos locos, aburridos, y los que osan llamarse normales, buscan cosas en común.
Amor, respeto, cariño, felicidad, aceptación, amistad, libertad, igualdad.  
Lakshmi... que nombre raro para un perro, no?

Un pequeño capítulo de cielo...


"uno puede hacer infinitas deciciones pero el futuro siempre va a ser uno es algo loquisimo siempre miro a la vida de esa manera siento que todo como es ahora debe haber costado de entender millones de años es increible por eso este mundo es abierto a los curiosos como yo y es el enigma mas grande" M.T. "creo que hay solo un futuro y que nunca se toma el camino equivocado"


"Iara dice:
si, bueno, depende a como tomes la palabra futuro
porque
cuando eras as chico
tu futuro era este
pero ahora que lo alcanzaste, tu futuro es otro
a nosotros se nos da un tiempo
lo que tenemos que decidir
es que hacer con el
lo unico que nos diferencia de los demas
son nuestras deciciones
y una siempre lleva a la otra
y uno nunca sabe cual va a ser la ultima, asi que el futuro es siempre la proxima decicion que aun no tomamos"


Por mucho tiempo que pase pensando que agregar, no se me ocurre que. Necesito alguien que me diga del otro lado algo, que este tan loco como yo, y se cope con estas conversaciones interminables y extrañas... Te quiero un montonaso nene. Gracias por todo.

martes, 1 de marzo de 2011

By the river, together, best friends, for ever.

En la foto: Lucía. Te amo nena. Gracias por todo.
(Córdoba, 2011)
Creo que esta es la mejor foto que saqué hasta ahora... y tiene a la mejor persona que conocí hasta ahora.
Gracias Lu, por estar siempre, por todos los momentos que pasamos, por cada risa, cada lágrima. Me gustaría hacer esto mucho más largo, pero lo que vale no son la cantidad de palabras, si no su significado. Necesito que sepas que te amo, que te necesito y que no quiero que nos separemos nunca.
Siempre juntas, siempre mejores amigas...

domingo, 27 de febrero de 2011

El tiempo es como un rio, imparable...

(Foto tomada en Córdoba, 2011)


La corriente me empuja contra las piedras, que golpean y raspan, dejando marcas. Me veo obligada a esquivarlas. A medida que voy tropezando, aprendo a esquivarlas más hábilmente.
Tengo miedo, no sé cuando termina el río, ni como. Puede ser una cascada, la desembocadura en un mar, un lago...
Como desearía poder nadar contra la corriente, retroceder en el tiempo... poder juntar todo el agua que pasa, no sólo algunas gotas, algunos recuerdos... poder zambullirme en el y salir cuando quiero y no verme obligada a seguirme arrugando...
El tiempo es como un río... imparable.

viernes, 25 de febrero de 2011

Soy un horizonte torcido... y?


Me gusta ver el vaso medio lleno, el horizonte torcido. Caerme arriba, o ver llover. Hablar con objetos, o disfrutar de la compañía de un árbol. Salir corriendo si veo una avispa, y tropezar. Amo morder cables, y me apasiona el numero tres. Me atrapan los rulos y la gente que dice incoherencias. Me paro de cabeza si estoy aburrida, doy vueltas si estoy muy contenta. Repito la silaba "da" sin parar cuando no se que decir, y mi amiga se pierde en cada nota de canciones nunca inventadas. Cuando la gente me pregunta si estoy, contesto "NO". Tu tía se llama Gregoria. Me rio cuando Lucia dice "Gustavo". Soy una incoherencia. Ailu dice... no sé que dice. Puedo ser blanca y negra y de muchos colores. Me corté el pelo. Me gusta comer chicles de menta. No, a ver, gordi, no. Hay cosas en la vida que nunca se saben. (Hay otras que si) No entiendo para que hice esta nota. No entiendo muchas cosas, como la teoria de la relatividad de Enstein. Einstein es feo. Fea tu tía. Tu tía Gregoria. Gregoria me suena a cereza. Las nubes en realidad no son de algodón. (La luna si es de queso) Hola, si, quien habla?. El oso yogui... hace yoga? medita? no loco, así no. Cuando uno habla solo, es un MONOLOGO... cuando uno habla con dos... es un BIOLOGO??? Dr. House suena bien. Creo que es la nota mas larga que hice hasta ahora. Estalagmita? nono, estalagtita. Estalagtita? sisi, pera... Tita, te buscan!!! Dr. Casa suena mal. El que lee esto tiene problemas mentales. Lalo come tita y rodesia... Terminé. No mentira. Leer hace mal para las colas. Elmo no come bananas en morón. Barney es pedófilo. Yo no. A mi me gusta leer. Aprendí que no todos los días se ve un perro blanco. Tampoco un pájaro todo negro. Ni viejos que juegan tejo en la plaza. No todos los días se ve Glee, solo los jueves a las 10 y solo en Foz. Digo Foz. Foxxxxxxxxxxx. Al final que pasó con las Pecsi?? nunca pude comprar una... Augusto se fue a comprar panchos y le preguntaron si quería uno con leche. Bueno, chau, me voy a flotar....

La magia existe...



- ¿Hay más criaturas mágicas? Digo... que no sean las que existen en mi mundo...
- Las criaturas que existen en tu mundo son tan mágicas como las de acá, sólo que tú estás acostumbrada a ellas, entonces no logras encontrar lo importantes y extrañas que suelen ser al alcance de tus ojos. Para mí, los seres que se encuentran en este mundo podrían ser completamente corrientes, puesto que nací en él, pero los años de sabiduría te permiten descubrir ciertas cosas que uno jamás imaginó. Cada ser viviente está trabajando en armonía con el mundo, tal y como fue creado, para lograr la supervivencia de la mayor cantidad de especies posibles. Uno puede ver una abeja de la misma forma que ve todo, o puede pensar en lo complejo que es el organismo de ese pequeño insecto, que forma parte de todo el universo, y deja su magia por cada flor que visita. Saber que si cuidas a esa abeja, estás cuidando más de una vida.

viernes, 11 de febrero de 2011

La nena del corazón bondadoso.


Sentada, llorando, nos observa todos los días.
Al comienzo, ella era quien controlaba todo. Dividía su labor en cuatro: verano, primavera, otoño, invierno. En esas cuatro estaciones, mostraba lo mejor de ella. Todo estaba equilibrado, en armonía. Aprendimos a obtener de ella lo necesario, la nena se sentía feliz, y bondadosa, nos daba lo que requeríamos.
Con el tiempo, aprendimos a manipularla, a obligarla a hacer lo que queríamos. La nena, ya no tan feliz, no sabía negarnos nada, así que obedeció. Le hicimos dar vida cuando y donde queríamos, cultivando y cosechando según sus cuatro estaciones. Comenzamos a quitarle sus obras, cada vez con menos piedad.
Finalmente, la nena es nuestra esclava. Ella llora, pero casi nadie la escucha. Ahora, sus cuatro estaciones están modificadas, sus obras son manipuladas, y a cambio, la lastimamos. Le arrojamos en la cara todo deshecho de algo que antes formaba parte de ella. Y sin rencor, se ocupa de reciclarlo, vuelve a introducirlo en su organismo, pero la está matando lentamente. Cada vez, la nena es menos pura, pero su corazón bondadoso, nos sigue dando todo, a cambio de nada.

Cómo saber?


Si estamos en el medio de la nada, sobre algo que está en movimiento, pero no hay cambios en la velocidad, no hay viento, ni rocas en el camino que provoquen turbulencias... tampoco vemos algo, es todo blanco y no hay sonidos. ¿Cómo saber que estamos en movimiento?

jueves, 10 de febrero de 2011

Debo dejar de ser "YO" para ser quien realmente soy...

(yo)

Yo... yo soy lo que ves, yo soy como me conocés... Con el tiempo, uno aprende a ser como los demás lo llaman, se amolda a esas características, para que lo reconozcan , para tener un lugar, para sentirse seguro... 
¿Como soy yo? Petiza, morocha, inquieta, simpática, cerrada... Pero, no puedo ser petiza sin que haya un "alto" que lo diga, no puedo ser morocha, si no hay una "rubia" que contraste. No puedo ser inquieta, si no hay otros "sosegados" que me critiquen. Ni tampoco puedo ser simpática si no hay "antipáticos" o cerrada, si no hay "extrovertidos"... 
Entonces, ¿cómo soy? porque por supuesto, no soy ese YO. 
Conclusión: no tengo que ser "YO" para ser yo... sólo basta con ser... "YO" soy. 
Bueno, una cosa es seguro: "SOY"